Pero cómo explicar que me vuelvo vulgar
al bajarme de cada escenario
La batalla es cada vez más real,
más sangrienta, más cruel.
No hay fe que me salve:
sé que está perdida de antemano.
Si al menos el sueño acompañara,
el desasosiego no se habría convertido
en el único amante noche tras noche.
Queda tal vez un amor propio lacerado
y un atisbo de incertidumbre adolescente.
El horizonte no pinta nada bien, nada.
La vista no alcanza más que a ver un campo
de caídos bajo la lanza, que agonizan
o mueren.
Puede que esté equivocada
Y mañana cambie la perspectiva.
A veces los caballos desbocados
aciertan el camino en su locura
y regresan a casa.
Imagen: LUIS VENCE. Is there anybody out there. 2007