domingo, 31 de enero de 2010

Quince días bajo los escombros (o el fin de un deseo)

Que se desencajen las baldosas a mi paso
que se abran simas
que se desplomen las paredes
sobre mí que en tu regazo supliqué

El último de la fila




Entrelazamos mi derrota y tu abandono
cada uno en su abismo de ruina y quimera
oyendo tan sólo nuestros propios lamentos
sin apenas aliento para respirar.

Con las sábanas de mortaja,
compartimos bajo las mantas una improvisada tumba
que ni por piedad nos corresponde:

Los dos desmembrados,
ambos aniquilados
los dos agonizando
(cada uno a su modo),
por la resurrección de una carne
que no ha de volver.




Imagen: La he encontrado aquí.

7 comentarios:

Javier López Clemente dijo...

La descarnada brillantez del KO

Salu2 Córneos.

roberto dijo...

Vaya, me ha levantado el ánimo...
Un beso.

Expediente X dijo...

Tras una rotura de un dedo,
vuelvo por aquí Paula.

Te dejo un carnavalesco beso de San Valentín >_-

Sara Fedrika dijo...

Magnífico poema.

La espera ha merecido la pena.

Muchos besos.

D. Herque dijo...
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Paula dijo...

un año ya...

Javier López Clemente dijo...

...y día amance envuelto en niebla, que es como no amanecer.

Salu2