Dejarse llevar suena demasiado bien
Ningún camino será una huida
si algo inevitable nació contigo.
Si fue grabado a cincel y fuego
en tu mapa
nada podrá ocultarlo,
no habrá cielo, cárcel ni tumba accesible
mientras no lo hayas reincorporado.
Las coordenadas serán claras
las señales no podrán negarse.
Tenlo bien presente
puede servir de gran ayuda.
Si en las entrañas resuena su eco
no hay estruendo que lo silencie.
Cuando los surcos de tus manos
contienen su estigma
todos tus actos lo delatan.
Cualquier acción se firma con su huella.
Cada uno de tus vacíos contiene su ausencia
aunque creo que esto, tú ya lo sabes.
Lo inevitable no puede ser tratado.
No hay regateo ni cancelación posibles
cuando llega su momento.
Se presiente su llegada
un rastro de luz ya prendida lo anuncia.
Las fieras huyen a sus propias cuevas,
a su propia oscuridad.
¿Lo estás viendo?
Un terremoto de miedo, rubor y alegría
lo han precedido.
Un volcán en el pecho
calienta la estancia para su cobijo.
Respira.
Respira.
Sigue abrazándome fuerte.
Sigue pegado a mi piel.
Ya está aquí.
Imagen: Inevitable. A. Murat Eren. 2009