Y aquí, entre tanta gente, en la ciudad,
siente uno que no importa nada a nadie.
Padre de todo mi cielo
ven esta noche junto a mí.
He preparado una buena mesa
y una botella de vino.
Sé que te sorprenderías
de lo que ahora soy capaz de hacer.
Ven junto a mí esta noche.
Estaremos sólos tú y yo.
No puedes decirme
que no
una vez más.
Dudo mucho que ahí arriba
hoy no me eches de menos.
Imagen: EVAKKE. Stigma. 2009. Otro poema para mi padre. ¿Podrá leerlos allá donde esté?