miércoles, 7 de octubre de 2009

septiembre 2009

Es propicia la perseverancia




En septiembre no salió el sol ni un solo día.
Nadie se dio cuenta.

Octubre continúa: transcurren en sombras todas sus horas.
La ciudad se desnuda conjurando la luz.
Algún funcionario pretenderá, pulsando un interruptor
disimular esta prolongada noche
y lo peor de todo es que de alguna manera
lo conseguirá.

A veces creo que sólo yo
añoro el resplandor.




Imagen: V. CODAZZI. Aquitectura con figuras. c.1550.

3 comentarios:

Le Mosquito dijo...

Es propicia la perseverancia

No creo que siempre sea así. No sé si lo ha sido en algún aspecto, puntual, para ti.
Un oráculo tan manoseado (dicho sea sin ánimo despectivo) no me ofrece más que garantías literarias, pero nada literales.

Podría ser como el resplandor que dices, a veces, añorar en soledad; quizás pesarosa, incómoda, incrédula... por no encontrar quien lo añore o admire junto a ti; incluso que lo obvie o, en casos, lo deteste.
Si alguna vez encontrase un resplandor en la carretera y al volante de mi auto, sería añoranza de la claridad la que sientiese, no del resplandor.

Existen muchas maneras de brillar e iluminar, y a veces nos cegamos con tantos brillos de alma opaca.

Un beso, Paula.

Expediente X dijo...

Yo añoro también el resplandor, Paula, cómo... cuando se desvela un Expediente X, jeje!! >_-

Mercedes dijo...

Me has recordado el "ensayo sobre la ceguera" de Saramago, a veces cuando se vive en la oscuridad se puede llegar a acostumbrarse.un saludo.