Voy a romper las ventanas
para que lluevan cristales.
Ven a romper las ventanas
ven a gritar como antes.
Voy a romper las ventanas
y hacer del caos un arte
Es importante apuntalar el techo para que no se derrumbe, recuérdalo. Es el único cielo del que dispones, y si se viene abajo... ¿qué podremos hacer?
Hay que confiar en que los que saben, resolverán bien su trabajo, si has elegido un buen equipo, claro.
(Algún día tendré que hablar sobre esto, sobre la elección del equipo, pero hoy es muy tarde
y no quiero olvidar la luz que penetraba esta mañana, en la gran obra
y soñar con la que entrará, soñar y soñar, es absolutamente imprescindible para no caer otra vez en las sombras que tantas noches no me dejan dormir)
Hay que golpear todas las paredes, incluso las que no entraban en proyecto, tenlo en cuenta,
golpea las paredes, todas, haz que se tambaleen, hazlo, tan sólo hazlo:
te habían presupuestado treinta metros cuadrados de pladur y aislante y te habías dejado los cuernos buscando ladrillo caravista auténtico, porque sí, porque te apetece tener una pared de ladrillo caravista, joder, que mola mogollón
y mira tú que al picar la pared, esa pared, y no hacía falta...
sale el auténtico.
Ahora resulta que a veces, lo que proyectamos
como un lujo, sobrepasando nuestros límites incluso,
viene a ser algo ya nuestro, que estaba ahí desde siempre,
desde el principio de la creación.
8 comentarios:
Realmente interesante con imagen añadida.
Un cordial saludo.
Tu eres constructora/creadora, sabes crear espacios y tabicar huecos, puedes sostener la luz dentro de la habitación y restañar del cielo esas heridas que se empeñan en ser goteras.
Tú eres la arquitecta de sueños y permites que los ladrillos tengan “pedigrí” solo para que él sea tu felicidad.
Beso.
¿Veremos tu reforma?
¿Cómo va la reforma?
Habrá que reformar el blog,
Paula, con nueva entrada,
te esperamos.
Buen camino...
que melodía te sigue este verano?
Sigo esperando nuevas entradas....
Besos.
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